La licencia del popular KM5 de Paquita Marsan, en el punto de mira de la Justicia
El kilómetro cinco de la carretera de Vila a Sant Josep ya no es sólo una referencia geográfica en Ibiza. Es, desde hace meses, un kilómetro judicial. El mismo donde se alza —cerrado, precintado, a medio reformar— el local emblemático KM5, ahora bajo la atenta mirada de la Justicia. Lo que fue símbolo de la noche sofisticada y cosmopolita ibicenca, está hoy atrapado en el laberinto legal de las licencias administrativas. Y no hablamos de un simple trámite burocrático: hablamos de la diferencia entre abrir o no abrir, entre legalidad y cohecho, entre glamour y delito urbanístico.
La historia tiene nombre propio. O dos. Francisca Sánchez Ordóñez, más conocida como Paquita Marsan, empresaria, compradora del local en 2019, y la sociedad mercantil a través de la cual realizó la operación: Martín Sánchez 97, SL. Ambos aparecen hoy entre los investigados por el Juzgado de Instrucción Nº3 de Ibiza dentro de la macrocausa bautizada como ‘Magister Dixit’. El asunto va más allá de una simple sospecha: la magistrada Carmen Martín Montero ha prorrogado la instrucción otros seis meses y ha ordenado ampliar la investigación sobre conductas que podrían encajar en delitos contra el urbanismo, prevaricación administrativa y cohecho.
Licencias de actividad: más que un papel, una línea roja legal
Y aquí conviene detenerse. Porque cuando hablamos de licencia de actividad, hablamos de la piedra angular que sostiene cualquier negocio de hostelería. Son muchos los locales que han visto truncados sus sueños empresariales por no contar con una licencia válida o, peor aún, por obtenerla en condiciones irregulares. La licencia no es un mero formalismo. Es el documento que acredita que ese negocio cumple con la normativa urbanística, sanitaria, de accesibilidad, de seguridad y medioambiental vigente.
En este contexto, subestimarla no es una opción. Una licencia mal tramitada o directamente inexistente puede derivar en sanciones, cierres cautelares, precintos y, como en este caso, imputaciones penales. Por eso es vital contar con asesoría técnica y legal adecuada desde el primer momento.
De icono nocturno a símbolo de irregularidad administrativa
El KM5, desde su apertura en 1994, había sido un referente de la noche ibicenca. Un espacio que combinaba alta gastronomía con ocio musical, cócteles de autor, moda boutique y un jardín que parecía extraído de una película de Coppola. El modelo fue copiado pero nunca igualado. Sin embargo, tras su venta en 2019 y el inicio de unas reformas que, según consta, comenzaron sin licencia municipal, el sueño se torció. El Ayuntamiento intervino en enero de 2020, precintó las obras y dejó el proyecto congelado.
Más adelante, según consta en los informes municipales, se concedió una licencia de apertura justo antes del cambio de legislatura. Ese momento también está siendo investigado por la Justicia, que quiere esclarecer si dicha autorización fue concedida conforme a ley o si existieron irregularidades. Este tipo de licencias, especialmente en zonas sensibles como Ibiza o Sevilla, deben ser tramitadas de forma absolutamente transparente. Puedes consultar cómo gestionar una licencia de actividad en Sevilla y asegurarte de que todo tu negocio esté en regla desde el inicio.
Investigación judicial en marcha: nombres propios y consecuencias penales
La jueza Carmen Martín Montero ha dejado claro que no se trata de una investigación simbólica. Ha identificado expresamente a Francisca Sánchez Ordóñez y al representante legal de Martín Sánchez 97, SL, como personas que deben ser llamadas a declarar. ¿La razón? Están directamente relacionados con expedientes bajo sospecha. Entre ellos, el del propio KM5.
Las acusaciones que se barajan son contundentes: delitos urbanísticos del artículo 319 del Código Penal, cohecho del artículo 419 y prevaricación administrativa del artículo 404. No es la primera vez que un expediente urbanístico se convierte en causa penal, pero el eco de este caso es notable por el renombre del local y su peso simbólico en el imaginario ibicenco.
El precinto, las obras y la seguridad que nunca llegó
Uno de los puntos críticos que rodean este caso es la ejecución de obras sin contar con autorización municipal. Esto, además de constituir una infracción grave, supone un riesgo para clientes, empleados y proveedores. Especialmente en locales de restauración donde los riesgos de incendio o fallos estructurales son especialmente relevantes. Por eso es crucial cumplir también con las normativas de seguridad contra incendios en restaurantes.
No basta con tener buena cocina, ni un DJ internacional. Un local es un ecosistema donde lo estético, lo operativo y lo legal deben convivir armónicamente. De lo contrario, todo puede venirse abajo en un abrir y cerrar de expediente.
Cuando el papeleo es más importante que la pista de baile
El caso KM5 nos recuerda que el éxito empresarial no reside solo en el marketing, en la fama de la propietaria o en el número de reservas. Reside en el cumplimiento riguroso de la legalidad. La hostelería, especialmente en lugares tan regulados como las islas Baleares, no admite atajos ni improvisaciones.
Contar con una licencia de actividad correctamente tramitada no es opcional: es obligatorio. Y si no se tiene, es mejor no abrir. Porque una reforma sin permiso, una licencia obtenida con prisas o un expediente oscuro pueden acabar, como en este caso, ante los tribunales. Y entonces, ni el mejor cóctel de la carta podrá apagar el incendio legal.
