Nuevo bar arcade en Barcelona: 40 máquinas retro y dos plantas de puro vicio

Nuevo bar arcade en Barcelona: 40 máquinas retro y dos plantas de puro vicio

Nuevo bar arcade en Barcelona: 40 máquinas retro y dos plantas de puro vicio

En el cruce entre la nostalgia de los años 80 y la vibrante vida nocturna barcelonesa, acaba de aterrizar un proyecto que une pasado y presente con una precisión quirúrgica. Se llama Next Level Bar, y no es un bar cualquiera. Es una cápsula del tiempo de dos plantas y 350 metros cuadrados que hace parada en la Plaza de Maragall para llevarnos de vuelta a la era dorada de las recreativas. Todo un homenaje a la cultura arcade que marcó a fuego a toda una generación y que ahora regresa con fuerza… y con licencia en regla.

Porque abrir un local en Barcelona —ya sea un bar, un restaurante o un espacio de ocio— exige mucho más que una idea brillante y una barra bien surtida. Las licencias de actividad y las licencias de apertura son el cimiento legal de cualquier negocio con vocación de permanencia. Sin ellas, el negocio no arranca. Y este local, señores, no solo arranca, sino que despega con la misma energía que un Daytona USA a fondo por el circuito de Seaside Street Galaxy.

Una colección de 40 máquinas retro con acceso libre… pero con responsabilidad legal

El concepto es tan simple como brillante: 40 máquinas arcade, entrada gratuita y el único peaje para jugar es consumir algo en barra. Desde el mítico Pac-Man hasta la adrenalina de House of the Dead, pasando por Street Fighter II, Tetris o el incombustible Dance Dance Revolution. Todo dispuesto entre neones, pósters de Indiana Jones, y una banda sonora con aroma a Walkman y cintas de casete.

Pero antes de enchufar el primer joystick o servir el primer cubata, hubo que pasar por algo menos divertido pero igualmente esencial: declarar el inicio de obra, adaptar el espacio a la normativa vigente, y acreditar que el local cumple los requisitos técnicos y urbanísticos que exige el Ayuntamiento. Es ahí donde entra en juego la declaración responsable de obras, un trámite clave que permite iniciar actividades con mayor agilidad, pero sin bajar la guardia en cuanto a exigencia técnica y legal.

Next Level Bar: diversión legalizada metro a metro

Este nuevo bar arcade no es fruto de una improvisación. Es el tercer proyecto de cuatro socios madrileños que ya conocen bien el terreno: en Madrid gestionan desde 2017 dos locales similares, con un rotundo éxito entre nostálgicos y curiosos. Y han aterrizado en Barcelona con los deberes hechos. Una correcta planificación de obra, un proyecto técnico detallado y una gestión rigurosa de licencias han sido esenciales para que el Next Level Bar no se quede en una promesa nostálgica y se convierta en una realidad sólida.

Para ello, además de la declaración responsable, fue necesaria una licencia obra que garantizase que las reformas —desde la ventilación hasta los baños— se ajustaban a lo que dicta el código técnico y la ordenanza municipal. Sin papeles, no hay botones. Y sin normativa, no hay barra libre de marcianitos.

Dos plantas de puro vicio… con la normativa en la mano

Las cifras hablan solas: 350 metros cuadrados de superficie útil, repartidos en dos niveles, con zonas diferenciadas para multijugadores, shooters, simuladores y máquinas de baile. Todo con accesibilidad, salidas de emergencia visibles y aforo controlado. Porque no basta con ambientar como en los 80; hay que cumplir como en 2025. De lo contrario, la fiesta dura poco y las sanciones vuelan.

Y si además del joystick se te despierta el apetito, en Barcelona no faltan opciones gastronómicas de nivel. Sin ir más lejos, a pocos minutos del Next Level, se encuentra el restaurante Barcelona Solric, una propuesta donde la cocina mediterránea se encuentra con el diseño contemporáneo. Un lugar perfecto para rematar la partida con un menú bien jugado.

Un horario adulto para una experiencia también adulta

Next Level Bar abre todos los días de 18:00 a 00:00, extendiendo su horario hasta las 03:00 los viernes y sábados. La licencia que ostenta es de bar, lo que impide la entrada a menores, aunque muchos adultos reconocerán que no hay excusa mejor para salir de casa sin niños que volver a enfrentarse al reto de una pantalla pixelada.

La experiencia no se limita a aporrear botones: es una inmersión total en otra época. Las luces, la música, los sabores y el tacto del mando recrean una atmósfera envolvente que hace que uno olvide durante un rato que estamos en el siglo XXI. Pero eso sí, con toda la legalidad del XXI.

Licencias de actividad: el botón de inicio real para cualquier bar

Puede parecer que basta con abrir la puerta, conectar las máquinas y poner música para montar un negocio así. Pero detrás de cada consola hay un expediente técnico, detrás de cada barra hay una inspección pasada, y detrás de cada cliente satisfecho hay una estructura legal que protege tanto al empresario como al visitante. Sin licencia de actividad, no hay partida que valga.

Desde la insonorización del local hasta la accesibilidad, pasando por la gestión de residuos y la seguridad contra incendios, todo debe estar contemplado y aprobado antes de recibir al primer cliente. Y ese es el verdadero “nivel siguiente” que cualquier empresario debe superar antes de cortar la cinta de inauguración.

Nostalgia con papeles en regla

Next Level Bar es más que un local de moda. Es un ejemplo perfecto de cómo un negocio innovador y con sabor retro puede insertarse en el tejido urbano actual sin renunciar a la legalidad ni al rigor. Las licencias de actividad y apertura no son un trámite burocrático más: son la base sobre la que se construyen los negocios que perduran, los que no se apagan tras el primer game over.

Así que si vas a emprender, recuerda: por muy buena que sea tu idea, sin las licencias adecuadas, no hay “continue”. Porque en la Barcelona de hoy, la única forma de jugar… es cumpliendo las normas.

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